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domingo, 14 de octubre de 2012

CORRECCIÓN DE EXÁMENES 1ºBACH.





TEXTOS COMENTARIO LINGÜÍSTICO


 TEXTO
Eran más de las cuatro y los dulces rayos de sol de última hora de la tarde lo envolvían todo. El sol, como si estuviera sumido en profundas reflexiones, iba descendiendo despacio hacia el oeste. Me senté en la arena, dejé la bolsa a un lado y me quedé contemplando el paisaje en silencio. Era una vista verdaderamente dulce y apacible. Mirándola, resultaba imposible imaginar que alguna vez hubiera venido un gran tifón y que las altas olas me hubiesen arrebatado a un amigo irreemplazable. Tampoco debía de quedar casi nadie que recordara aquel suceso ocurrido cuarenta años atrás. Parecía que todo fuera una ilusión mía, creada por mi mente hasta en los mínimos detalles. De pronto, las profundas tinieblas de mi interior ya habían desaparecido. Se habían marchado tan súbitamente como habían venido. Me alcé despacio de la arena. Me dirigí a la orilla y, sin arremangarme siquiera los pantalones, me adentré tranquilo en el mar. Y, con los zapatos puestos, dejé que las olas me lamieran los pies. (...).
Alcé la mirada al cielo. Unas pequeñas nubes grises parecidas a copos de algodón flotaban en él. No había un solo soplo de viento y parecía que las nubes permanecieran clavadas en el mismo lugar.
                                                                               HARUKI MURAKAMI (Relato).



1. TEXTO
   El establecimiento se halla casi lleno. Tras barrer el interior del local con la mirada, nuestros ojos se posan en una chica que está sentada junto a la ventana. ¿Por qué en ella? ¿Por qué no en otra persona? No lo sé. Sin embargo, por una razón u otra, la chica atrae nuestra atención de un modo espontáneo. Está sentada en una mesa de cuatro asientos, leyendo un libro. Parka gris con capucha, pantalones vaqueros, zapatillas deportivas de color amarillo desteñidas tras múltiples lavados. Sobre el respaldo del asiento contiguo cuelga una cazadora. Tampoco ésta parece nueva, en absoluto. Por lo que respecta a la edad, hará poco que la chica es universitaria. Ya no es una estudiante de bachillerato, pero aún conserva el aire del instituto. Tiene el pelo negro, liso, corto. Lleva poco maquillaje, ninguna joya. Cara pequeña y delgada. Gafas con montura negra. De vez en cuando frunce el entrecejo con aire reconcentrado. Está absorta en la lectura. Apenas aparta los ojos del libro. Es un grueso tomo de tapa dura, pero, como lleva puesta la sobrecubierta de la librería, no se ve el título. Dada la gravedad con que lo lee, debe de tratarse de un libro de contenido muy serio. La chica no se salta una sola línea, sino que, por el contrario, parece ir masticándolas a conciencia, una a una.
Sobre la mesa hay una taza de café. Hay un cenicero, al lado de éste, una gorra de béisbol de color
azul marino con la «B» de los Boston Red Sox. Posiblemente le vaya un poco grande. En el asiento contiguo descansa un bolso bandolera de piel marrón. A juzgar por el abultamiento que presenta el bolso, la chica ha ido embutiendo en él de forma apresurada todo cuanto le ha venido a la cabeza. Alza la taza a intervalos  regulares y se la lleva a la boca, pero no parece que saboree el café. Tiene la taza delante y se toma el café porque eso es lo que tiene que hacer. 
                               
  HARUKI MURAKAMI After dark





TEXTO I

En Valecia con los suyos, el Cid permaneció                                                        
estaban también sus yernos, los infantes de Carrión.

Un día, en un escaño, dormía el Campeador;

un mal accidente sabed que les ocurrió:

salióse de la jaula, y quedó libre un león.

A todos los presentes, les asaltó un gran temor;

se ponen el manto al brazo los del Campeador,

y rodean el escaño protegiendo a su señor.

Fernan Gonzalvez, infante de Carrión,

no halló dónde subirse, ni abierta alguna habitación;

se escondió bajo el escaño: tanto era su pavor;

Diego Gonzalvez por una puerta salió,

diciendo a grandes gritos: "!Ya no veré Carrión!"

Tras una viga lagar se metió con gran pavor;

el manto y el brial muy sucios los sacó.



Hallaron un vergel con una limpia font;

mandan plantar la tienda los infantes de Carrión,

con cuantos van con ellos, ahí duermen esa noch,

con sus mujeres en brazos les muestran amor;

¡mal se lo cumplieron tras salir el sol!

Mandaron cargar las acémilas con los bienes de valor, "acémilas": animales de carga"

está recogida la tienda donde se albergaron de noch,

adelante había ido el séquito de los dos; (...)

Los cuatro solos quedan, el resto se marchó,

tan gran mal urdieron los infantes de Carrión: "urdir: maquinar"

"Creedlo bien, doña Elvira y doña Sol,

aquí seréis escarnecidas, en estos fieros montes.

Hoy nos marcharemos abandonándoos a las dos;

no tendréis parte en las tierras de Carrión.

Irá este recado al Cid Campeador;

nos vengaremos en esta de la del león."





La buhonera con su cesto va tocando cascabeles, "buhonera: vendedora ambulante"

pregonando sus joyas, sortijas y alfileres.

Decía: -"Llevo toallas!Compradme estos manteles!"

Doña Endrina la vio y dijo: -"Entra aquí, no receles."

Entró la vieja en casa; díjole:"Mi señora, hija,

para esa mano bendita, aceptad esta sortija.

Dejadme que, en secreto, os diga una pastija "Pastija"-Ocurrencia

que he pensado esta noche. " Poco a poco la aguija. "la aguija"- Le crea curiosidad.

-"Hija, siempre estáis en la casa encerrada.

Envejecéis a solas, sin ser vista ni admirada,

salid, mostrad en la plaza vuestra beldad loada; "beldad: belleza"

entre cuatro paredes, no vais a ganar nada."

TEXTO II

Dícenme que amor no hiere,


mas a mí muerto me tiene.

Dícenme que el amor no hiere

ni con hierro ni con palo,

mas a mí muerto me tiene

la que traigo de la mano.

Dícenme que el amor no hiere

ni con palo ni con hierro,

mas a mí muerto me tiene

la que traigo de este dedo





¿Por qué me besó Perico,

por qué me besó el traidor?

Dijo que en Francia se usaba

y por eso me besaba,

y también porque sanaba

con el beso su dolor.

¿Por qué me besó Perico,

por qué me besó el traidor?









En Santa Gadea de Burgos, "hijodalgo: hidalgo"

do juran los fijosdalgo, "do: donde"

allí le toma la jura

el Cid al rey castellano.

Las juras eran tan fuertes

que a todos ponen espanto;

sobre un cerrojo de hierro

y una ballesta de palo.

-"Villanos mátente Alfonso,

villanos, que non fidalgos;

...............

si non dijeres verdad

de lo que te es preguntado:

si fuiste, ni consentiste

en la muerte de tu hermano.














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